miércoles, 23 de junio de 2010

Garganta de vidrio.


Porque tu lengua no pronunciaba mis palabras
Porque no entenderte se hacía más interesante
Y quería que finalmente abras
La puerta expectante
Deshacerte de todas mis trabas
Y en vez de eso fuiste un amante
Sin historia ni detrás ni delante.

Porque eras más allá de una mirada
Y era nada porque poco vi
Pero te sentí tan cerca, e ilusionada
Comprobé que ningún sendero tuyo recorrí
Y que jamás de ti estaría enamorada
Porque la puerta que esperaba, finalmente abras
Orgulloso observabas
Con esa sonrisa irónica con la que a todos comprabas
Y a mi, me hiciste sentir abandonada
Cuando aquella me faltó, cuando aquella nunca fue
Cuando aquella, comprobé, nunca me sonrió

Porque a menos centímetros que mi cabellera andabas
Y esta obsesiva que te cuenta el cuento, lo aceptó
Porque obsesión es la palabra que esperabas, mi querido lector
Pero él mintió, esta vez es otra la historia contada, esa que nunca empezó,
Esa sin título ni autor...

...Esa que ya había tenido un final en los interminables lagos de mi imaginación
Esa que con adoración pude contar como propia y futura
Que sólo iba de la mano de una absurda intuición
Y que al segundo tuvo ruptura aún sin construcción.

Ni siquiera te tiemblan los dedos por no escribirme
Ni siquiera pensaste dos segundos en aquello
Lo cuento, y no me sale reírme...
Porque hacía días, a milésimas, tu cuello.

Ni siquiera tuviste el valor de decirme tu intención
Decirme que tan sólo era de tu mansión un azulejo
Decirme sin complejo que jamás me escribirías una canción
Que jamás te dejaría perplejo.

Porque si hablo de tu boca, muda la mía
Porque sin palabras te identifico mejor todavía
Porque cuando muere la ilusión se suicida el guión
De la mejor película que de amor paso a drama y de drama a acción
No es digno de una dama escupirse el corazón
Pero invaden las ganas cuando con desolación me recuesto en mi cama
A dormir un poco mi imaginación.

No es de caballero despedirse con promesas
De cristal más fino que el papel
Quédate con tu belleza, tus miles, tus cervezas
Que hoy prefiero sin tantas cerezas mi pastel.

Adiós caballero, se despide tu dama.
Supongamos que eso fuimos, supongamos que nos conocimos
Que no soy solo yo la que llama
Y que luego de una larga historia…
…nos despedimos y perdimos la memoria.